Enseñar a pensar
By Ana Cruz • March 8, 2019
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Artículo escrito por: Kevin Meyer
Traducción y adaptación: Ana Cruz
En la mente del principiante hay muchas posibilidades, en la mente del experto hay pocas. - Shunryu Suzuki
En par de artículos de Harvard Business Review que he leído recientemente han tocado el tema de cómo la educación superior no está preparando a los graduados para la fuerza laboral y cómo los ingenieros necesitan experiencia en pensamiento no lineal. Y existe una relación interesante entre ambos temas, y también la lectura me trajo buenos recuerdos de mi propia experiencia en la escuela de ingeniería hace más de tres décadas.
La ingeniería química proporciona una base excepcional para el pensamiento de procesos. Los productos químicos generalmente fluyen de manera continua a través de tuberías por varios reactores para crear un producto terminado. Los lotes pequeños y el inventario en procesos son muy raros, ya que la estabilidad de los intermediarios WIP pueden ser muy pocos. Dominé la teoría y conocí las ecuaciones, disfruté el enigma de cómo convertir el componente en un producto B terminado.
Siempre he sido una persona muy práctica, y después de tres años de teoría y ecuaciones de trabajo pesado, sentí la necesidad de verlo en acción. Tomé un semestre y un verano libre e hice una cooperación en un centro de investigación y y fabricación de Nestlé en Connecticut. Esta resultó ser una mis experiencias favoritas y sentó las bases para mi carrera en la fabricación.
La planta de Nestlé era una instalación enorme donde producían proteína vegetal hidrolizada para cubos para caldo. Es un proceso muy desagradable en el que los alimentos vegetales como la soya y el maíz se hierven en ácido clorhídrico para descomponer las proteínas en aminoácidos que luego se neutralizan en hidróxido de sodio. Con un flujo casi continuo, decenas de miles de galones por día, ácidos y bases fuertes y un producto muy, muy penetrante ¡Dios mío! ...
Bueno, me sentía mal por el propietario del cuarto donde estaba rentando en esos momentos, quien me echó después de un par de meses debido al fuerte olor con el que siempre regresaba a casa.
El área de investigación de las instalaciones también estaba trabajando en la producción de flujo continuo de natillas de chocolate. Esto era muy interesante ya que toda la linea de producción, millas de tubería de acero inoxidable, se desarmaba por completo cada noche, se limpiaba y se volvía a armar antes de que llegara el turno de producción de la mañana. Esta fue mi primera introducción al Cambio Rápido - SMED. También experimentaron con la eliminación del alcohol del vino (¿Por qué?) mediante ósmosis inversa y los primeros intentos de empaquetar líquidos en cajas de cartón, los cuales hoy en día vemos por todas partes.
Mis cursos de ingeniería me habían enseñado el pensamiento convergente, que es "lineal, repasar una lista de pasos para llegar a una sola respuesta". Me asignaron proyectos en Nestlé que requerían pensamiento divergente, donde había muchas respuestas potenciales y vías para lograrlos. No estaba preparado para esto, y me tomó algo de tiempo salir de la mentalidad de pensamiento lineal estricto y comenzar a usar lo que eventualmente aprendería a usar, "mente de principiante" al observar los problemas.
Como lo describe el artículo de HBR, "ambos tipos de pensamiento son importantes para encontrar la mejor solución, pero el pensamiento divergente es particularmente importante para desarrollar soluciones innovadoras. Sin embargo, las habilidades de pensamiento divergente se ignoran a gran medida en los cursos de ingeniería, que tienden a centrarse en una progresión lineal de información técnica estrecha y centrada en la disciplina. Esto lleva a los estudiantes de ingeniería a convertirse en expertos en trabajar individualmente y aplicar una serie de fórmulas y reglas a problemas estructurados con una respuesta 'correcta'."
Cuando regresé a la escuela me fue aún más difícil concentrarme únicamente en una teoría cuando sabía que la realidad requería una perspectiva completamente diferente. Pero me confundí, me gradué y pasé las siguientes tres décadas haciendo cosas y luego ayudando a personas a mejorar continuamente.
Se de algunas escuelas que están haciendo un gran esfuerzo para desarrollar habilidades de pensamiento más abiertas con un enfoque práctico de "aprender haciendo". CalPoly, cerca de mí, es un buen ejemplo. Pero aún se puede hacer más.
El segundo artículo de HBR señala que, además de las habilidades de pensamiento divergentes, los empleados están pidiendo a las universidades que capaciten a los estudiantes en "habilidades blandas". No solo el cómo actuar en un entorno empresarial, sino también cómo aprender.
Si bien los empleadores desean candidatos con niveles más altos de EQ, residencia, empatía e integridad, rara vez son atributos que las universidades fomentan o seleccionan en las admisiones. Además, empleadores como Google, Amazon, Microsoft, etc., han resaltado la importancia de la capacidad de aprendizaje (ser curiosos y tener una mente hambrienta) como indicador clave y potencial de carrera.
Esta "mente hambrienta" es importante tanto para impulsar la innovación creativa como para ayudar a las organizaciones a garantizar que la inversión que están realizando en su propia capacitación interna generará un retorno. Sin saber cómo aprender, y queriendo aprender, ambos fallarán.
Mencioné anteriormente que al demostrar "hambre por nuevos conocimientos" y la capacidad de destilarlos, aplicarlos y enseñarlos, es la característica principal que veo al contratar gerentes, y especialmente a ejecutivos. La misma característica es cada vez más importante para todos los empleados en todos los niveles.